Con el C-HR, Toyota ha ido a por todas para distinguirse en un mercado que empieza a estar saturado. Con su diseño distintivo, su motor híbrido y su mayor calidad, el SUV compacto es la nueva arma de conquista de Toyota.
La misión del C-HR, el nuevo SUV compacto de Toyota, es «pegar fuerte y dar la campanada». Y lo que podemos ver es que el fabricante ha hecho un gran esfuerzo para conseguirlo. El C-HR fue imaginado, diseñado y desarrollado en Europa con un pliego de condiciones muy concreto: ofrecer un diseño sólido, un motor híbrido y una calidad percibida cercana al mundo premium.
De este modo, el C-HR abre un espectro más amplio de competencia. Tiene el tamaño de un Nissan Qashqai, el motor de un Kia Niro y el expresivo diseño de un Mini Countryman, aclara el concesionario de coches de ocasión Madrid Crestanevada. Toyota espera llegar a una amplia gama de clientes.
Para lograr este objetivo, Toyota ha construido su modelo sobre la nueva plataforma global «GA-C», que sirvió de base para la nueva generación del Prius. El CH-R utiliza la misma arquitectura que el Prius, pero también el mismo tren motriz, ya que se basa en el mismo sistema de hibridación. Combina un motor de gasolina de 4 cilindros con 98 CV y un motor eléctrico de 72 CV. La combinación ofrece una potencia total de 122 CV y un consumo de combustible de 3,8 l/100 km. Este motor debería representar el 75% de las ventas según el fabricante, que ha decidido prescindir del diésel. Al mismo tiempo, el C-HR podrá beneficiarse de un motor de gasolina de 4 cilindros con 116 CV.
El otro pilar de esta conquista es el aspecto. Los diseñadores han querido ser absolutamente fieles al concepto que ha recorrido los salones europeos durante los dos últimos años. Misión cumplida para esta versión final que reivindica una personalidad muy fuerte. El C-HR (High Rider Coupe) es una mezcla de SUV y coupé transpuesta en una versión futurista que destaca por un centro de gravedad muy bajo, unas aletas hinchadas y unos faros traseros XXL similares a los del Honda Civic. Esta original elección está perfectamente asumida por Toyota, que asegura que este fuerte diseño será una de las claves para que el C-HR destaque en una categoría superpoblada.
A bordo, la originalidad continúa con un diseño nuevo y moderno. La gran pantalla central de 8 pulgadas aparece en un salpicadero de dos niveles, mientras que la consola central se ha despejado de todos los controles innecesarios. El ambiente es agradable y la calidad percibida está mejorando claramente. El C-HR ofrece plásticos y materiales similares a los utilizados en Europa. En general, es uno de los más logrados del mercado. Quedan dos notas falsas, como el reloj digital que Toyota arrastra de un modelo a otro y los gráficos arcaicos de la tableta multimedia, aunque bien diseñados.
Los vehículos híbridos son necesariamente menos espaciosos. El C-HR acaba con esta idea, ya que el paquete de baterías ultracompacto no interfiere en el espacio interior ni en el maletero. Dos adultos pueden sentarse cómodamente en la parte trasera, con un amplio espacio para las rodillas y la cabeza. El espacio para el equipaje es de 370 litros, lo que está muy bien para un vehículo de este tipo. En definitiva, la relación espacio/acomodación del C-HR es muy buena.
Junto con el Kia Niro, el Toyota C-HR es el único SUV híbrido compacto del mercado. Se basa en la tecnología full-hybrid (que no requiere recarga), la misma que la del Prius. Combina un motor de combustión (con eficiencia mejorada gracias a la combustión y la refrigeración), en este caso un motor de gasolina de 4 cilindros, con un motor eléctrico. La potencia combinada es de 122 CV, lo que es más que suficiente para satisfacer las necesidades de un buen hombre de familia. Así es como debe conducirse el C-HR, porque sólo tiene un estilo dinámico. En efecto, las aceleraciones y los índices de aceleración no son sorprendentes (el 0 a 100 km/h se consigue en 11 segundos y la V-Max tiene un máximo de 170 CV), pero son más que suficientes para salir de situaciones complicadas. El e-CVT que viene con él nos convenció. Los cambios son suaves y las marchas están bien espaciadas. En la ciudad, el silencio y la suavidad que han contribuido al éxito del Prius vuelven a estar presentes. Es flexible y fluido hasta el punto de que te sientes como si estuvieras conduciendo sobre un cojín de aire.
En la fase de aceleración, el motor de combustión es ayudado durante más tiempo por los dos motores eléctricos. El objetivo es reducir al máximo el consumo de combustible y hacer que el coche sea más agradable. El resultado es convincente, ya que durante nuestra prueba de conducción registramos una media de 4,5 l/100 km. Toyota ha dominado el arte de la hibridación, ya que el paso de la energía totalmente eléctrica a la térmica es casi imperceptible para el conductor. Un modo «EV» permite conducir el coche de forma totalmente eléctrica durante 2 o 3 kilómetros.
Para satisfacer las expectativas de una clientela europea exigente, Toyota ha desarrollado su C-HR en consecuencia. Se ha optado por dotarlo de un centro de gravedad bastante bajo, algo poco habitual en un SUV, lo que refuerza su buen comportamiento en carretera. Para el confort, los ingenieros optaron por una suspensión trasera de doble horquilla muy eficaz. La filtración y la amortiguación resultaron ser de gran calidad, a pesar de las grandes ruedas de 18″ que montaba nuestra versión de prueba. El C-HR es sólido en sus pies y tiene un sistema de dirección revisado que le permite reaccionar rápidamente en las curvas. En general, la síntesis de Toyota es buena y el C-HR merece un motor más potente para expresar todo su potencial. El C-HR híbrido sólo está disponible con tracción delantera, reservándose la tracción total para la versión de gasolina 1.2 T de 116 CV.